Desigualdad en América Latina. La construcción de tablas sociales como parte de la agenda en marcha  

Alfonso Díez Minguela (Universitat de València, España)

María Gómez León (Universitat de València, España)

Henry Willebald (Universidad de la República, Uruguay)

RESUMEN. La desigualdad de ingresos es un tema recurrente en la historia económica de América Latina. Un rasgo que comparten los análisis –tanto los más recientes como los de hace décadas– es la ausencia de información comparable, sistemática y rigurosa previa a los 1970s, tanto para representar la evolución de la desigualdad como, y muy especialmente, los niveles de ésta. El objetivo de esta entrada al Blog es traer a colación esta problemática y presentar un proyecto de investigación en marcha cuyo objetivo es comenzar a levantar esa limitación y, así, realizar nuevas contribuciones al análisis de la distribución del ingreso en América Latina en perspectiva de largo plazo.   


Presencia de América Latina

Mural «Presencia de América Latina» pintado por Jorge González Camarena entre 1964 y 1965. Casa del Arte, Universidad de Concepción, Concepción (Chile), 2010. Creative Commons Licence.

Desigualdad de ingresos. Aportes recientes.

Un documento de trabajo del Inter-American Development Bank (IDB), publicado en octubre, y escrito por los investigadores Prof. F. Alvaredo, Prof. F. Bourguignon, Prof. F. Ferreira y Prof. N. Lustig titulado: Seventy-five Years of Measuring Income Inequality in Latin America ha traído a colación un tema repetido en la historia económica y social latinoamericana: la (alta) desigualdad de América Latina como un proceso histórico y de largo plazo. Desde el resumen, los autores son muy claros en su propósito y alcance.

A partir de una amplia recopilación de cuantiles y medidas de desigualdad de 34 países, incluidos más de 5.600 coeficientes de Gini calculados, los autores revisan la medición de la desigualdad del ingreso en América Latina y el Caribe durante los últimos setenta años. Aunque la evidencia del primer cuarto de siglo –aproximadamente hasta la década de 1970– es fragmentaria y difícil de comparar, en las últimas cinco décadas se identifican  patrones más o menos claros. La característica central es una amplia curva con forma de  U invertida, que muestra un aumento de la desigualdad en la mayoría de los países antes de la década de 1990, seguido de una disminución a principios del siglo XXI, al menos hasta mediados de la década de 2010, cuando las tendencias se hacen más disímiles entre países.

Este patrón general está mediado por las especificidades nacionales, con variaciones considerables en timing y magnitud. Si bien este panorama se deriva de la dinámica de la desigualdad del ingreso (de su trayectoria de mediano plazo), la incertidumbre en cuanto a los niveles de la desigualdad en la región es mayor. Esa incertidumbre surge de la disparidad en las estimaciones de las distintas combinaciones país/año, dependiendo de si se basan exclusivamente en encuestas de hogares, en alguna combinación de encuestas y datos tributarios administrativos, y en si se procuran escalar los agregados de ingresos de Cuentas Nacionales. Considerando que, en la actualidad, no existe ningún método totalmente convincente, quedan rangos o bandas de desigualdad (a menudo bastante amplias) como las mejores estimaciones de los niveles de los indicadores de distribución del ingreso. De todos modos, cabe destacar que las dinámicas resultantes son sólidas y ajustadas al patrón descrito.

En su esfuerzo por obtener información, los autores cuentan con series de desigualdad razonablemente consistentes –aunque imperfectas– que comienzan en los años 1970s, 1980s o 1990s, dependiendo del país, y un abanico de series temporales más breves o con observaciones individuales para años previos, hasta la década de 1940. Algunos organismos internacionales y centros de investigación, tanto en América Latina como en otras regiones, han hecho grandes esfuerzos para compilar estas series y convertirlas en bases de datos de uso público.

Cuatro de esas bases de datos producen sus propias estimaciones a partir de los microdatos obtenidos de encuestas de hogares. Se trata de: (i) la Base de Datos Socioeconómicos de América Latina y el Caribe (SEDLAC), producida por el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad de La Plata, Argentina; (ii) PovcalNet, ahora reemplazada por la Plataforma sobre Pobreza y Desigualdad (PIP) del Banco Mundial; (iii) las series producidas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y (iv) el Estudio de Ingresos de Luxemburgo (LIS). También existen estudios secundarios –conjuntos de datos que compilan estadísticas resumidas informadas en otros lugares, en lugar de generar las suyas propias a partir de microdatos. Estos incluyen, entre otros, el conjunto de datos All the Ginis creado por Branko Milanovic en CUNY y la base de datos sobre desigualdad de ingresos mundial (WIID) mantenida por UNU-WIDER.

Un tema recurrente. La desigualdad en el largo plazo.

Ciertamente que este muy buen estudio que estamos comentando no es novedoso en cuanto a su temática ni aspiración. Es parte de una amplia agenda de investigación que ha estado durante décadas en el campo de la Historia Económica. Hace unos años, el Prof. L. Bértola y el Prof. J. Williamson publicaban “Has Latin American Inequality Changed Direction? looking over the long run”, luego de algunos años de mejora en los niveles de desigualdad en la región y, en la introducción, planteaban:

              “…the original question posed at our conference is even more dramatically posed by more recent events. Has Latin America changed direction and was the recent inequality downturn just the result of a globally induced economic boom, similar to so many other previous booms in Latin America since the nineteenth century? Were the recent inequality events transitory with no permanent change in political, institutional, and other fundamentals, ones that have been a feature of the region for the past two centuries or even longer?” (Bértola & Williamson, 2017, p. 2).

Mucho tiempo antes, en 1998, y en uno de los tantos clásicos de la historia económica latinoamericana, Rosemary Thorp decía:

              “El grado de pobreza y de desigualdad estuvo determinado en el transcurso de los años por complejas interacciones entre el crecimiento del ingreso y una amplia gama de factores. Entre éstos figuran las estructuras políticas, sociales y económicas y las instituciones que surgieron de ellas. Las instituciones se convirtieron en sujetos activos, interviniendo como agentes causales por derecho propio. Así, por ejemplo, aunque los prejuicios raciales o la actitud ante la educación fueron generados por un conjunto particular de estructuras socioeconómicas, con el tiempo se convirtieron en parte integral del funcionamiento de la sociedad. De esta manera pasaron a ser factores causales de desigualdad en sí mismos (aunque pudiendo desaparecer gradualmente si entraban en conflicto con los intereses económicos y políticos). Además, la capacidad de las personas influyó crucialmente en su acceso a las oportunidades de ingreso; esa capacidad, a su vez, estuvo influida por posturas de tipo racial, de clase o de género, por la disponibilidad de recursos y por el acceso resultante a la salud y la educación. Por último, la necesidad de supervivencia de los pobres aceleró el uso y abuso de recursos. Es muy probable que los excesos cometidos contra el medio ambiente por causa de las presiones económicas afectaron, por ejemplo, a la salud y, en consecuencia, la productividad y el ingreso” (Thorp, 1998, pp. 31-32).

Pero todos los estudios, tanto los de los 1990s, como los desarrollados en el siglo XXI, adolecen de la misma problemática: la ausencia de información sistemática, comparable y representativa de los niveles y de la evolución de la desigualdad en América Latina desde el siglo XIX hasta los 1970s. 

Abordar la escasez de información. El enfoque de las tablas sociales.

Este tipo de cuestiones son las que han motivado un proyecto de investigación en marcha que compartimos dos investigadores de la Universidad de Valencia: la Prof.  María Gómez León y el Prof. Alfonso Díez Minguela, y otro de la Universidad de la República, Uruguay: Prof. Henry Willebald, y al que hemos denominado: “Income inequality in Latin America since 1850. A long-run approach based on social table analysis”. Este proyecto cuenta con la colaboración de un destacado grupo de investigadores de Iberoamérica y EE.UU. y tiene por objetivo abordar, analíticamente, la desigualdad de ingresos de los países latinoamericanos en una perspectiva de largo plazo y, metodológicamente, hacerlo a través de la construcción de tablas sociales. Estos esfuerzos analíticos, metodológicamente alineados, nos asegurarán contar con una base de datos nacionales rigurosa y sistemática, y significativamente homogénea entre casos que la hará suficientemente representativa para poder hablar de desigualdad, en nivel y evolución, comparable entre regiones y períodos.

Ciertamente que nuestra iniciativa no es metodológicamente novedosa. La construcción de tablas sociales tiene mucha tradición en la Historia Económica.

A principios de los años 1980s, por ejemplo, el Prof. P. Lindert y el Prof. J. Williamson revisitaban las tablas sociales de Gregory King para 1688, Joseph Masie para 1759 y Patrick Colquhon para 1801-03 y 1812. En esencia, las tablas sociales ofrecen una descripción del número de personas que pertenecen a un grupo social (o clase) y los ingresos promedio estimados de cada uno de estos grupos. De este modo, se cuenta con la información necesaria para calcular indicadores directos de desigualdad (típicamente, el índice de Gini, o la construcción de curvas de Lorenz) y abrir el paso al análisis sobre la composición de la distribución, en términos de sectores productivos, calificación o género de los perceptores de renta y el nivel y naturaleza de sus ingresos (salarios, beneficios, rentas de los recursos naturales, etc.).

Indudablemente, hay antecedentes valiosos que nos sirven de guía en esta investigación. Estudios como los de Bértola et. al (2010) referido al Cono Sur sudamericano, Rodríguez Weber (2017) referido al caso chileno y Gómez León (2019) al brasileño, abrieron una agenda de investigación fructífera y crearon excelentes bases para seguir avanzando. Estos trabajos no sólo han realizado contribuciones analíticas trascendentes sino, también, de carácter metodológico. En particular, cabe destacar la introducción de las “dynamic social tables[1] para los análisis de largo plazo. Es decir, es posible construir una tabla social para un año específico, generalmente coincidente con algún censo (análisis estático), contrastarla con las tablas elaboradas para años sucesivos (estática comparativa), así como procurar “dotar de movimiento” a estas estructuras, a través de indicadores de cambio en los perceptores y/o en el nivel per cápita de los ingresos. De ese modo, se puede calcular indicadores anuales que describan con mayor detalle la evolución, magnitud y cambio de la desigualdad.

La Curva de Lorenz

Creative Commons Licence.

El proyecto. Tablas sociales en América Latina.

Nuestra contribución con el proyecto de investigación es conjuntar los casos nacionales disponibles y realizar un trabajo comparativo que nos permita describir y analizar la desigualdad de América Latina, en perspectiva histórica, y desde la segunda mitad del siglo XIX hasta los años 1970s.

Los días 3 y 4 de octubre de 2023, organizamos un Workshop que denominamos “Desigualdad en Iberoamérica en el largo plazo”, en la Facultad de Economía, de la Universidad de Valencia, España, en el cual varios de los investigadores que participan del proyecto expusieron sus avances en la temática, compartimos dudas y discutimos opciones metodológicas para los casos particulares y con una visión integrada para la región latinoamericana. Las ponencias fueron las que siguen:

“Desigualdad de ingresos en América Latina a través del análisis de tablas sociales. El caso de Brasil, 1850-2010”; María Gómez León (Universitat de València, España).

“Desigualdad de ingresos en Chile, 1860-1970”; Javier Rodríguez Weber (Universidad de la República, Uruguay).

“Tablas sociales y desigualdad en Bolivia, 1900-1976”; José Peres Cajías (Universitat de Barcelona, España) y Diego Escalante Pacheco (Universidad Católica Boliviana, Bolivia).

“Análisis de la desigualdad en Colombia durante la primera Globalización”; Alejandro Nieto (Universitat de València, España), José Peres Cajías (Universitat de Barcelona, España) y Teresa Sanchis Llopis (Universitat de València, España).

“La desigualdad de ingresos en Argentina durante la Belle Époque “; Leticia Arroyo-Abad (CUNY-Queens College, Estados Unidos) y Noel Maurer (George Washington University, Estados Unidos).

“El país de la desigualdad, México, 1843-1960”; Diego Castañeda Garza (Uppsala University, Suecia).

“Desigualdad de la renta en Perú: un análisis con tablas sociales, 1795-2022”; Luis Palomino (Universidad del Pacífico, Perú) y Favio Leiva (Universidad del Pacífico, Perú).

“Una estimación de la desigualdad de ingresos en Venezuela, 1920-2011”; Pablo Astorga (IBEI- Institut Barcelona Estudis Internationals, España).

“100 años de desigualdad de ingresos en Uruguay, 1870-1970. Una aproximación desde la construcción de tablas sociales”; Henry Willebald (Universidad de la República, Uruguay) y Pablo Marmissolle (Universidad de la República, Uruguay).

Además, el Workshop contó con una sesión plenaria impartida por el Prof. Leandro Prados de la Escosura (Universidad Carlos III de Madrid, España): “Percepción y realidad: la desigualdad a largo plazo en España”.

Apuntes finales. Desafíos de una agenda abierta.

El Workshop ha confirmado la viabilidad del proyecto y la expectativa de que, en el mediano plazo, será posible contar con información novedosa, metodológicamente consistente (en el espacio y en el tiempo) como para realizar nuevas contribuciones en la interpretación de la evolución de la desigualdad de ingresos en América Latina. El Workshop nos dejó, también, una serie de desafíos para abordar que, desde el punto de vista metodológico, pondrán sobre la mesa algunas discusiones que conducirán a distintas decisiones en cuanto a instrumentos y procedimientos.

Todos los investigadores están trabajando en términos de la moneda local y corriente del período. ¿Sería conveniente, especialmente para pensar en la realización de cálculos para toda América Latina, trabajar en alguna moneda común o uniforme? Y si esto es así, ¿cuáles son las mejores opciones?

Los cálculos de indicadores de distribución pueden ser sensibles al número de clases y a su conformación, razón por la cual habría que converger a categorías de ocupaciones/calificaciones homogéneas entre países, históricamente consistentes, y regionalmente comparables. ¿Cuál es la mejor clasificación en ese caso?

Vinculado con esto último, a sabiendas de que los indicadores que se calculen pueden estar sujetos a niveles de incertidumbre importantes, ¿es posible construir intervalos de confianza? ¿con qué herramientas contamos o que decisiones podemos tomar para ofrecer estimaciones de desigualdad máxima y mínima y dimensionar los grados de error?

El balance explicativo entre los factores locales e internacionales es muy irregular entre países, tanto por la disparidad en la incidencia de esos factores, como por las preferencias de énfasis de los autores. De todos modos, los capítulos transversales o referidos a toda América Latina debieran incluir ambos aspectos y, en particular, los componentes internacionales relativos a shocks –guerras mundiales, sanitarios–, matriz institucional –acuerdos comerciales, movimientos de integración regional, fondos de financiamiento al desarrollo– y evolución de los precios de las commodities. Y, asociado con esto, la periodización “estándar” que se utiliza para abordar la historia económica latinoamericana en términos de “modelos de desarrollo” y que tiene un perfil muy asociado al crecimiento económico (el “primario-exportador”; el “sustitutivo de importaciones” o “de industrialización dirigida por el Estado”; el “de liberalización y re-globalización”), ¿es útil para contar la historia de la desigualdad en América Latina? ¿los factores determinantes del crecimiento son los mismos y actúan en la misma dirección que para la desigualdad?

En la medida que estamos haciendo foco en el índice de Gini “de mercado” (esto es, el Gini sin los efectos de la acción estatal) y referido a los ingresos que están disponibles en la economía, la mejor opción parece ser trabajar de acuerdo al Ingreso Nacional Bruto Disponible (YNBD) antes que con el Producto Interior Bruto (PIB). De todos modos, ¿esto es así en todo tiempo y lugar? ¿el desarrollo de las Cuentas Nacionales Históricas lo permite en todos los casos y con el grado de detalle suficiente?

Para cerrar, y volviendo a la motivación de esta entrada y al documento de trabajo del IDB, ¿cómo realizamos la panorámica histórica completa? ¿Se asume que los “mejores” indicadores de desigualdad surgen de las encuestas continuas de hogares, disponibles desde los 1980s y, hacia atrás, podríamos “retropolar” esos valores con los que surjan del análisis de tablas sociales? ¿Las diferencias metodológicas no son de tal magnitud que lo impedirían? ¿O mantenemos los cálculos en sus versiones metodológicas y observamos tendencias y niveles de largo plazo asumiendo las disparidades?

De este modo, la construcción de tablas sociales como parte de la agenda de investigación en la historia económica de América Latina está en marcha, continúa abierta y presenta un amplio terreno por explorar tanto en términos de interpretación como de metodología. Tal es así que en su último libro, el Prof. B. Milanovic, titulado “Visions of Inequality: From the French Revolution to the End of the Cold War” coloca al estudio de las tablas sociales como uno de los remarkable developments in the work on inequality that, I believe, are most likely to have enduring impact on the economics profession and social scientists, at least for another half century” (p. 289). [2]

El desafío es estimulante y esperamos que muchos más investigadores compartan nuestra inquietud.

[1] Este concepto tiene un origen muy simpático. En 2010, el Prof. B. Milanovic estaba de visita en Montevideo, en la Universidad de la República, y asistió a un seminario de investigación (HiPoD-Montevideo). El (hoy) Prof. Rodríguez Weber procuraba explicar la construcción de unas tablas sociales móviles para el caso chileno y el Prof. Milanovic expresó: “Oh, yes, these are dynamic social tables. Good, dynamic is good”. Y, desde entonces, nos ahorramos muchas explicaciones de cómo construimos las tablas sociales diciendo que son “tablas sociales dinámicas”.

[2] Los otros dos son las contribuciones en la línea de los trabajos del Prof. T. Piketty sobre tendencias de largo plazo en la desigualdad en los países ricos y la introducción de estudios sobre desigualdad global.


Bibliografía

Alvaredo, F., Bourguignon, F., Ferreira, F. and Lustig, N. (2023) “Seventy-five years of measuring income inequality in Latin America”. IDB Working Paper Series No. 1521, Inter-American Development Bank.

Bértola, L., Castelnovo, C., Rodríguez Weber, J. and Willebald, H. (2010) “Between the colonial heritage and the first globalization boom: on income inequality in the southern cone”. Revista de Historia Económica, 20(2), pp. 307–341.

Bértola, L. and Williamson, J. (Ed.) (2017) Has Latin American Inequality Changed Direction? Looking Over the Long Run. IDB-INTAL Lab, Springer Open, Cham, Switzerland: Springer Nature.

Gómez León, M. (2019) “The rise of the middle class in Brazil, 1850-1950”. European Review of Economic History 23(4), pp. 482-498.

Lindert, P. and Williamson, J. (1982) “Revising England’s Social Tables 1688-1812”. Explorations in Economic History 19, pp. 385-408.

Lindert, P. and Williamson, J. (1983) “Reinterpreting Britain’s Social Tables, 1688-1913”. Explorations in Economic History 20, pp. 94-100.

Lindert, P. and Williamson, J. (1983) “English Workers’ Living Standards during the Industrial Revolution: A New Look”. The Economic History Review 36 (1), pp. 1-25.

Milanovic, B. (2023) Visions of Inequality: From the French Revolution to the End of the Cold War. Cambridge: Harvard University Press.

Rodríguez Weber, J. (2017) Desarrollo y Desigualdad en Chile (1850-2009). Historia de su Economía Política. Santiago de Chile: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.

Thorp, R. (1998). Progreso, pobreza y exclusión: una historia económica de América Latina en el siglo XX. Washington, DC: Inter-American Development Bank.


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