Historia económica zombi

Juliette Levy (UC Riverside), 12 de marzo de 2013.

Los zombis están de moda otra vez. Desde el éxito de la película Zombieland en 2009, hasta la serie de televisión The Walking Dead AMC, que comenzó en 2010, y la colección de novelas de temática zombie (mi favorito: «Orgullo, Prejuicio y Zombies», de Seth Grahame-Smith) a una historia oral de la lucha de la humanidad contra una plaga zombi (Guerra Mundial Z por Max Brooks), y por último, Mi novio es un Zombi, una película sobre una historia de amor zombie (¡en serio!). Todos estos factores han elevado los no-muertos a nuevos niveles de fama y celebridad.

Los zombis también han llegado a la economía, en la obra de John Quiggin. Su libro  “Zombie Economics: how dead ideas still walk among is” y la mayoría de sus capítulos tuvieron su origen en su blog y en johnquiggin.com y crookedtimber.org, donde es colaborador habitual. Quiggin es australiano, pero llamarlo un economista australiano sería subestimar la amplitud de su alcance. La lectura del libro es un deleite absoluto, además de un ejercicio de reflexión profundo. Quiggin ha sido llamado «el Krugman de las antípodas». Su tendencia académica en economía favorece al realismo sobre el rigor, a la equidad sobre la eficiencia y a la humildad sobre la arrogancia (p. 244). Ninguno de estos propósitos sorprenderían a los lectores de Krugman. El objetivo de Quiggin después de todo no es escribir una historia de zombies o un nuveo modelo económico, sino el de arrojar luz sobre el tipo de ideas económicas equivocadas que simplemente se niegan a morir, sobretodo entre los republicanos y la derecha del espectro político estadounidense (como la creencia en la eficiencia de todos los mercados, la fe ciega en la privatización como solución a la ineptitud gubernamental y la austeridad como la mejor respuesta a la crisis económica).

El libro es tanto un tratado político como una revisión de la historia de la economía popular.  Con «economía popular» me refiero a los preceptos económicos utilizados ampliamente en la prensa y entre los políticos estadounidenses. Este libro no se dirige a los economistas profesionales, entre los cuales las disensiones o acuerdos se desarrollan a lo largo de líneas narrativas diferentes y quizás más obtusas. Está dirigido a un lector informado de la sección finanzas del periódico, al estudiante de la economía como una realidad y no en un campo de doctorado, y a todo profano de la materia que ha pasado el último par de años preguntándose cómo ideas que son tan evidentemente malas (como cortar presupuestos sociales durante una recesión) pueden generar tanta tracción entre personas que deberían tener mejor sentido.

Me gustaría hacer un llamado a mis colaboradores en este blog, y a cualquiera de nuestros lectores, para identificar y discutir de manera similar las ideas equivocadas sobre economía entre historiadores e historiadores económicos. Esto es justamente lo que hizo Deidre McCloskey, y de una manera magistral, en su reseña al libro de Francesco Boldizzoni (cuya temática es un ataque frontal a la historia económica y a los historiadores de Estados Unidos). La reseña identifica a muchos de los zombis en historia económica y a algunos monstruos más.

En todo caso, hay muchos muertos vivientes en los libros de historia que tratan de explicar, analizar y contextualizar las transformaciones económicas. Y eso es lo que pasa con los zombis, se mueven entre nosotros y son muy difíciles de matar.

4 comentarios en “Historia económica zombi

  1. Hola, un poquito de comedimiento en las afirmaciones no vendría mal. En principio, estando de acuerdo en muchos aspectos con McCloskey (que no en todos) no creo que el libro de Boldizzoni sea un ataque frontal a la historia económica per sé; más bien es una crítica (acertada o no) de una manera de hacer historia económica.

  2. Hola Ernesto – creo que fue un error editorial de mi parte – Boldizzoni está criticando/atacando y generalizando sobre una manera de hacer historia económica que él vincula directamente con la mayor parte de los que escribimos en EEUU. Debería de haber escrito eso. Y estoy de acuerdo que un tanto de comedimiento no es mala idea – a Boldizzoni no le hubiera venido mal tampoco!

  3. Yo iría un paso más pues me parece que en EE UU hay ya muy pocos historiadores económicos, más bien y como lo describió Sebastian Fleitas, son economistas a quien les interesa la historia. No se si nos estamos iendo por la tangente.

  4. Me sumo a lo que dijo Bernardo sobre el caso de Estados Unidos. Del lado de la historia hay una corriente llamada «new history of capitalism» con autores como Sven Beckert, Walter Johnson, Louis Hyman, Julia Ott, y otros, que combinan historia económica con historia política, social y cultural. La Business History Conference está emergiendo como un foro más multidisciplinario, con presencia de historiadores, economistas, sociólogos, politólogos y otros científicos sociales. La Economic History Association, que aún así congregan más bien pocos historiadores. Del lado de la economía, veo cada día menos historiadores económicos.

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